¡Oh dioses! ¡Qué criaturas más
desgraciadas y dignas de compasión. Todo su cuerpo era un mar de moratones
inflamados; sus lastimosas ropas, más que cubrir, apenas rozaban sus espaldas
marcadas por la vara, algunos sólo cubrían sus partes pudendas con un pequeño
trozo de tela; vestían unas túnicas tan harapientas que su cuerpo se podía ver
a través de los jirones, llevaban la cabeza medio rapada, letras marcadas en la
frente y grilletes en los pies; sus pestañas estaban quemadas a causa del humo
y el polvo que flotaba en la oscuridad y estaban medio ciegos, feos y
amarillentos. Como luchadores cubiertos de tierra, aquellos hombres estaban
cubiertos de la ceniza sucia de la harina.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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