En la
mitología griega Anfión (Ἀμφίων) es el gemelo de Zeto (Ζῆθος); ambos son hijos de Antíope y Zeus.
A
diferencia de otras mitologías, en las que los gemelos marcan un carácter
distinto entre ellos compensando bondad con maldad, o egoísmo con altruismo,
Anfión y Zeto simbolizaron todo lo contrario: fueron un modelo de entendimiento
entre hermanos, que en vez de presentar una competencia, representaban un
ejemplo de compensación: mientras Zeto sobresalía en las labores más rudas y
manuales, como por ejemplo la ganadería, Anfión era el lado delicado,
aficionado a la música y el Arte.
El
dios Hermes, fue su mentor; se dice que él mismo le regaló una lira y le había
enseñado a tocarla, y lo hacía con tal gracia que se cuenta que en la
construcción del muro de Tebas (ciudad fundada por él y su hermano y de la que
fueron correyes) mientras Zeto tenía que esforzarse en cargar los pesados
bloques, Anfión simplemente tocaba su lira de tal manera que las piedras le
seguían espontáneamente y se colocaban en su sitio.
Anfión
estuvo casado con Níobe, hija del rey de Lidia, con la que tuvo una muy
numerosa descendencia. Desafortunadamente la suerte no le acompañó, y toda su
prole pereció trágicamente.
Debido
a su desafortunada historia, Anfión se volvió loco, y quiso destruir el templo
de Apolo ubicado en Tebas para materializar su rabia, pero éste lo condenó a
habitar en el Tártaro por esa impertinencia.
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