jueves, 4 de junio de 2015

LA CORRUPCIÓN DE ESCIPIÓN EL AFRICANO




Un día a Escipión el Africano le llamaron al Senado. La cosa era grave; había pruebas de corrupción por su parte, de meter mano al Erario y de tropelías sin fin. Fue, no había remedio. Escuchó en silencio una lista de acusaciones de las cuales la más pequeña hubiera bastado para su ajusticiamiento o tal vez le hubieran dejado que se suicidara; ni siquiera intentó disculparse o negarlo, porque era imposible. Luego pidió la palabra ante la lógica expectación de los presentes y el pueblo. Se limitó a decir que ese día era aniversario de su victoria en Zama ante Aníbal, y lo que había que hacer era celebrarlo y olvidar esas “pequeñeces” contables, de las cuales se le acusaba de haber robado 4 millones de sestercios al erario público, cuando él había aportado al tesoro romano poco más de 200 millones de sestercios. Como tenía un grupo de partidarios preparados, unos aplaudieron la insólita moción y otros intentaron partirle la cara sin conseguirlo ante tan disciplinado militar, al que protestó ante tan monumental nuestra de cinísmo, ya que la corrupción y los sobornos eran algo muy habitual en la política de la Antigua Roma. Pero la multitud se fue a celebrar la fiesta preparada por Escipión y más tarde él huyó de Roma y murió llamando a la Urbe “patria ingrata, jamás tendréis mis huesos”; por lo que se ve no le habían dejado robar bastante, si apenas robó unos 4 millones de sestercios por un lado y habiendo aportado por el otro lado poco más de 200 millones de sestercios procedentes de los botines de guerra de las cuales era el vencedor, y jugándose la vida por Roma.


Ya de forma anterior a esos hechos, ya había sentado precedente cuando su enemigo político Catón, que tenía un gran rencor personal contra Escipión, fue el principal instigador de la acusación de corrupción contra el mencionado Escipión, que dijo sobre él en el Senado:  " No sé qué hacerme de un cuestor tan exacto: tengo que dar cuenta de las empresas, no de los gastos" A lo que Escipión, tras escuchar esa acusación,  subió a la tribuna del Senado y le respondió del siguiente modo:  " Romanos, con los auspicios de los dioses, vencí en África a Aníbal y a los cartagineses. Subamos al Capitolio a dar gracias a los numenes y a rogarles que nos concedan siempre jefes que se me parezcan", con lo cual al final le siguieron, incluso los acusadores.


Y en otra ocasión a la que me refiero al principio, y acusado su hermano lucio por los mismos hechos, quitó Escipión los registros de manos de los tribunos y los rompió en varios pedazos, tirándolos por el suelo del Senado y diciendo: "No rendiré cuentas de cuatro millones de sestercios, yo que hice entrar en el Tesoro doscientos millones, sin conseguir para mi otra cosa que el dictado de Africano".


Desde luego, la corrupción y el saqueo aprovechándose de los cargos públicos no era nada nuevo en la política de aquellos tiempos, como lo ha sido siempre








2 comentarios:

  1. Un poco mal ducume tado y bastante osco y simple ese aetuculo, recomiendo documentarse más para no escribir tanta sandez.

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  2. debió buscarse un buen abogado y bien retribuido. no es suficiente tener la razón en un ambiente tan litigante y corrupto como la Roma de esa época.Tanta gloria y grandeza para terminar como un pordiosero.

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