César,
soy Marco Junio Bruto, en otro tiempo tu amigo. Por favor, te lo suplico,
perdóname por decidir aliarme con Cneo Pompeyo Magno y el Senado en el exilio.
Durante muchos años he lamentado mi acción al abandonar Tarso, a Publio Sestio
y el puesto de legado que tenía allí. Abandoné mi cargo como un niño tonto en
busca de aventuras. Pero esta clase de aventura no ha resultado ser de mi
gusto. He descubierto que no soy nada marcial, hasta el punto de llegar a la
ridiculez, y que no tengo la menor voluntad de hacer la guerra.
He
oído por toda la ciudad que estás ofreciendo el perdón a los pompeyanos de
cualquier rango siempre que no hayan sido perdonados antes. También he oído que
estás dispuesto a perdonar a cualquier hombre por segunda vez si uno de tus
hombres intercede por él. Eso no es necesario en mi caso. Ruego tu perdón como
ofensor por primera vez. ¿Extenderás a mí ese perdón, si no por mí, que soy
indigno de ello, sí por mi madre y por tu querida y difunta hija Julia?
Firmado,
MARCO JUNIO BRUTO
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