Quería tanto a un caballo que tenía llamado Incitatus, que la
víspera de las carreras del circo mandaba soldados a imponer silencio en la
vecindad, para que nadie turbase el descanso de aquel animal. Hizo construirle
una caballeriza de mármol, un pesebre de marfil, mantas de púrpura y collares
de perlas; le dio casa completa, con esclavos, muebles, y todo lo necesario,
para que aquellos a quienes en su nombre invitaba a comer con él, recibiesen
magnífico trato, y hasta se dice que le destinaba el consulado.
( Suetonio en "Vida de Calígula")
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