miércoles, 24 de junio de 2015

TITO LIVIO ESCRIBE SOBRE EL PRIMITIVO RITUAL QUE SEGUÍAN LOS ROMANOS PARA DECLARAR LA GUERRA



Cuando el legado llega a la frontera del país al que se presenta una reclamación, se cubre la cabeza con el filum (es un velo de lana) y dice: "Escucha, Júpiter; escuchad, fronteras de....(nombra al pueblo al que pertenecen); que escuche el derecho sagrado. Yo soy el representante oficial del pueblo romano; traigo una misión ajustada al derecho humano y sagrado, que se dé fe a mis palabras". A continuación expone las reclamaciones. Pone luego a Júpiter por testigo: "Si yo reclamo, en contra del derecho humano y sagrado, que esos hombres y esas cosas se me entreguen como propiedad del pueblo romano, no permitas que jamás vuelva yo a mi patria". Recita esta fórmula cuando cruza la frontera, la repite al primer hombre que encuentra, la repite al entrar en la puerta de la población, la repite cuando , está dentro del foro, cambiando algunas palabras de la invocación y del texto del juramento. Si no le son entregados los que reclama en el transcurso de treinta y tres días (pues ésa es la cifra consagrada), declara la guerra con estas palabras: "Escucha, Júpiter, y tú, Jano Quirino, y todos los dioses del cielo, y vosotros, dioses de la tierra, y vosotros, dioses de los infiernos, escuchad; yo os pongo por testigos de que tal pueblo (nombra al que sea) es injusto y no satisface lo que es de derecho. Pero sobre esto consultaremos a los ancianos de mi patria, a ver de qué modo vamos a hacer valer nuestro derecho"


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