Y así
fue, Antonio se quedó en Comana durante el resto del invierno, y cuando a
principios de marzo finalmente partió para Cilicia y Tarsus se llevó a Glafira
con él. A
sus diez mil soldados de infantería apenas les había importado aquella
inesperada licencia ya que Capadocia era una tierra de mujeres donde los
hombres habían sido muertos en algún campo de batalla o llevados a la
esclavitud; así pues, con que aquellos legionarios eran tan buenos soldados
como agricultores, disfrutaron de la pausa. César los había reclutado a través
del río Podus en la Galia Cisalpina y, aparte de la altitud, Capadocia no era
un lugar muy diferente donde cultivar o criar ganado. Detrás de ellos dejaron
varios miles de mestizos romanos en el útero, una tierra bien preparada y
sembrada y muchos millares de mujeres agradecidas.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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