Eufránor
de Corinto (griego antiguo Ευ'φράνωρ), que vivió a mediados del siglo IV a. C., fue tal vez el
único artista griego de la antigüedad que destacó tanto en la pintura como en
la escultura y la teoría, habiendo escrito un tratado sobre las proporciones.
Nació
en el istmo de Corinto pero ejerció en Atenas. Plutarco lo menciona como
ateniense.
Su
vida es mal conocida. Plinio el Viejo le llama «Eufránor del Istmo» (Isthmius),
expresión que quizá signifique que era de una pequeña ciudad cercana al
santuario de Poseidón en Istmia; pero Pausanias no lo describe en ninguno de
sus escritos en dicha región. Tal vez se trate de una perífrasis para Corinto.
Un escolio a Juvenal lo menciona como ateniense.,pero junto a Policleto,
originario de Argos, lo que desacredita este testimonio. Sin embargo, Eufránor
casi trabajó únicamente en el Ática. Es citado por Plutarco como uno de los
maestros de la escuela ática de pintura. Las firmas de su hijo Sóstrato no
mencionan ningún étnico, lo que implicaría que era ateniense.
Plinio
el Viejo sitúa su apogeo en la Olimpiada 104 (364-361 a. C.), a la vez que el
de Praxíteles. La fecha corresponde a su trabajo en la Estoa de Zeus de Atenas,
es decir al comienzo de su carrera artística; la cual se estima que empezó en
los años 360 a. C. y prosiguió hasta la carrera de Licurgo.
Quintiliano
escribe sobre él lo siguiente: «lo admirable de Eufránor es que siendo que todo
para él era objeto de interés, fue uno de los artistas más grandes, tanto en
pintura como en escultura». Los antiguos lo citaban como pintor a la par que
Apeles, Polignoto, Zeuxis y Parrasio, y como escultor a la altura de Alcámenes,
Fidias, Mirón y Policleto. Plinio dice que «aprendía fácilmente, trabajaba más
que nadie, sobresalía en todos los géneros, siempre fiel a sí mismo».
De
Plinio el Viejo tenemos una lista de sus obras; entre las pinturas:
una
mostrando a los doce dioses y en el lado opuesto Teseo y Demos;
la
locura fingida de Odiseo;
Una
batalla de caballería entre los atenienses y beocios (batalla de Mantinea (362
a. C.)), y por eso Plinio el Viejo lo sitúa hacia el año 362 a. C., pero
seguramente vivió en la parte final del siglo IV a. C.
Como
escultor, trabajó el bronce y el mármol, haciendo figuras de todas las medidas,
desde las colosales hasta pequeñas copas. Las obras más famosas son un Paris el
amante de Helena; una Atenea que está en Roma; un Agatodemo; Leto con sus hijos
Apolo y Artemisa, Filipo y Alejandro en carros.
Desafortunadamente
no es posible identificar, entre las estatuas que han llegado a nuestros días,
cuáles son copias de obras de Eufránor, aunque se le han atribuido varias. Parece
que hizo obras parecidas a las de su contemporáneo Lisipo, principalmente por
la atención que prestó a la simetría, en su preferencia para las formas
corporales más delgadas que las del arte precedente, y a su amor por los temas
heroicos.
Escribió
un importante tratado sobre proporciones y colores (de Symmetria et Coloribus),
al que hace varias referencias Plutarco en su Sobre la gloria de los
atenienses.
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