Cayo Nimfidio Sabino o Nimfidio Sabino (35 - 68) fue
Prefecto del Pretorio (líder de la Guardia Pretoriana, la guardia imperial romana)
durante el reinado de Nerón (65 - 68). Compartió el cargo con Cayo
Ofonio Tigelino, que sustituyó a su predecesor Faenio Rufo. Durante
la segunda mitad de la década de los 60, la impopularidad de Nerón creció tanto
entre el pueblo como entre el ejército, dando lugar a una serie de rebeliones
que acabaron derrocándole y le obligaron a suicidarse en 68. Nimfidio tomó
parte en la conspiración contra Nerón y persuadió a la Guardia Pretoriana para
que desertara, pero cuando trató de coronarse emperador fue asesinado por sus
propios soldados.
Nimfidio Sabino era hijo de una liberta imperial
llamada Nimfidia. Algunos historiadores han especulado con la posibilidad de
que su padre fuera un gladiador llamado Martiano, o que Nimfidio fuera un hijo
ilegítimo del emperador Calígula.
Tras el fracaso de la conspiración liderada por el
senador Cayo Calpurnio Pisón que tenía como objetivo derrocar a Nerón,
las ejecuciones de hombres de importante rango en la administración brindaron
la oportunidad a muchos romanos de alcanzar posiciones de poder. Entre los que
ascendieron por esta época se encuentra Nimfidio Sabino, que se convirtió en
Prefecto del Pretorio junto a Tigelino tras la muerte de su anterior colega
Faenio Rufo.
Nimfidio fue consolidando gradualmente su poder entre
los pretorianos y Galba se ganó su lealtad al prometerles una generosa
recompensa si le declaraban emperador. Las revueltas generalizadas de todos los
gobernadores provinciales iniciadas por Cayo Julio Vindex llevaron a
Nerón al suicidio en 68.
Durante el período de incertidumbre que se apoderó de
Roma entre la muerte de Nerón y la llegada de Galba a la capital del Imperio,
Nimfidio organizó la "dimisión" de Tigelino y se proclamó como único
comandante de las fuerzas pretorianas. Galba sin embargo nombró un sustituto
para Tigelino, Cornelio Lacón y tomó medidas para eliminar a sus
posibles rivales (por ejemplo, el asesinato de Lucio Clodio Macro en la
provincia de África), todos los cuales habrían hecho que Nimfidio empezara a
sentir miedo.
Nimfidio decidió declarar que él mismo era sucesor
legítimo de Nerón, reivindicación que se apoya en la dudosa afirmación de que
era hijo ilegítimo de Calígula. Los pretorianos, temerosos de cómo reaccionaría
Galba si apoyaban al Prefecto rebelde, asesinaron a Nimfidio antes de que el
nuevo emperador llegara a Roma.
La importancia de Nimfidio no sólo se debe al
decisivo papel que desempeñó durante la caída de Nerón, sino también porque es
uno de los mejores ejemplos de cómo un hombre podía superar las taras de la
mediocridad de su linaje e impulsarse a puestos de gran importancia dentro del
Imperio, así como la enorme importancia de la lealtad de la Guardia Pretoriana
durante las rápidas sucesiones que acaecieron en el turbulento Año de los
cuatro emperadores.
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