jueves, 2 de julio de 2015

CÉSAR OCTAVIO COMUNICA A CLEOPATRA LA MUERTE DE CESARIÓN



Vino a verme montado en un camello con dos compañeros cuando yo marchaba por la carretera a Alejandría desde Menfís. La cabeza llena de ideas de que podría convencerme para que te perdonase y salvase al doble reino. ¡Tan joven! ¡Tan engañado sobre la honorabilidad de los hombres! Tan seguro de poder convencerme. Me dijo que tú lo enviabas lejos, que se suponía que él debía navegar desde Berenice hasta la India. Como yo ya había localizado el tesoro de los Ptolomeo (sí, señora, César te traicionó y me dijo dónde encontrarlo antes de morir) no necesité torturarlo para saber dónde estaba. No creo que me lo hubiese dicho aunque lo hubiese torturado. Un joven muy valiente, no me costó verlo. Sin embargo, no se le podía permitir que viviese. Con un César es suficiente, y yo soy ese César. Yo mismo lo maté y lo enterré en la carretera de Menfis en una tumba sin marcar. Su cuerpo fue envuelto en una alfombra.



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