miércoles, 10 de diciembre de 2014

ESCLAVOS EN EL IMPERIO ROMANO


La actividad genuina de Roma era la guerra, arte que dominaba magistralmente y en el que se basa para mantener su desarrollo y una economía en auge, asentada sobre la agricultura, el comercio, y una sociedad dividida entre ciudadanos, libertos y esclavos.

 

Las guerras proporcionaban gran cantidad de esclavos, y no solo eso, las ciudades y pueblos de las provincias sometidas que no cumplían con sus impuestos, y no eran suficientes los tesoros que aportaban como tributo, además tenían que proporcionar de sus propios hombres, mujeres y niños para ser vendidos como esclavos.

 

El apetito mundial de esclavos era insaciable puesto que, como decía el refrán romano, o poseías esclavos o eras uno de ellos. 




Nadie desaprobaba la esclavitud, cuyas características variaban dependiendo del lugar y del individuo.




Un esclavo doméstico romano recibía un salario y, por lo general, se le concedía la libertad al cabo de diez o quince años; mientras que un esclavo de las minas o de las canteras, al cabo de un año, por lo general, moría trabajando. 


La esclavitud también contaba con sus gradaciones sociales: si eras un griego ambicioso con alguna habilidad, te vendías como esclavo a un amo romano sabiendo que prosperarías y que acabarías siendo ciudadano romano; si eras un germano descomunal o cualquier otro bárbaro derrotado y capturado en el campo de batalla, acababas en las minas o en las canteras, donde perecías.



Naturalmente la crucifixión era el peor castigo para un esclavo, y todo amo era dueño absoluto de la vida del esclavo y podía disponer de él para lo que quisiera.


ESCLAVOS DESTINADOS A LA ESCUELA DE GLADIADORES

 Con el tiempo algunos emperadores sacarían leyes para dignificar un poco más las la vida de quienes tuvieran condición de esclavos, recordando que también eran seres humanos y no se los podía tratar como animales.

 



Sin embargo, el mayor mercado de esclavos era, con diferencia, el reino de los partos, un imperio más extenso que las tierras del Mare Nostrum y la Galia juntas.




 El rey parto casi siempre estaba dispuesto a comprarle a Roma cuántos esclavos estuviera dispuesta a venderles, procedentes de las guerras o de los tributos, lo cual constituía una fuente de ingresos muy importante para Roma con la que financiar las legiones y las obras públicas. Los seres humanos se reproducían con facilidad y eran fácilmente vendibles, en aprovechamiento de la economía.  



























































































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