La actividad genuina de Roma era la guerra, arte que
dominaba magistralmente y en el que se basa para mantener su desarrollo y una
economía en auge, asentada sobre la agricultura, el comercio, y una sociedad
dividida entre ciudadanos, libertos y esclavos.
Las guerras proporcionaban gran cantidad de esclavos, y no
solo eso, las ciudades y pueblos de las provincias sometidas que no cumplían
con sus impuestos, y no eran suficientes los tesoros que aportaban como
tributo, además tenían que proporcionar de sus propios hombres, mujeres y niños
para ser vendidos como esclavos.
El
apetito mundial de esclavos era insaciable puesto que, como decía el refrán
romano, o poseías esclavos o eras uno de ellos.
Nadie desaprobaba la esclavitud, cuyas características variaban dependiendo del lugar y del individuo.
Un
esclavo doméstico romano recibía un salario y, por lo general, se le concedía
la libertad al cabo de diez o quince años; mientras que un esclavo de las minas
o de las canteras, al cabo de un año, por lo general, moría trabajando.
Nadie desaprobaba la esclavitud, cuyas características variaban dependiendo del lugar y del individuo.
La
esclavitud también contaba con sus gradaciones sociales: si eras un griego
ambicioso con alguna habilidad, te vendías como esclavo a un amo romano
sabiendo que prosperarías y que acabarías siendo ciudadano romano; si eras un
germano descomunal o cualquier otro bárbaro derrotado y capturado en el campo
de batalla, acababas en las minas o en las canteras, donde perecías.
Naturalmente
la crucifixión era el peor castigo para un esclavo, y todo amo era dueño absoluto
de la vida del esclavo y podía disponer de él para lo que quisiera.
Con el
tiempo algunos emperadores sacarían leyes para dignificar un poco más las la
vida de quienes tuvieran condición de esclavos, recordando que también eran
seres humanos y no se los podía tratar como animales.
ESCLAVOS DESTINADOS A LA
ESCUELA DE GLADIADORES
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Sin
embargo, el mayor mercado de esclavos era, con diferencia, el reino de los
partos, un imperio más extenso que las tierras del Mare Nostrum y la Galia
juntas.
El rey parto casi siempre estaba dispuesto a comprarle a Roma cuántos esclavos estuviera dispuesta a venderles, procedentes de las guerras o de los tributos, lo cual constituía una fuente de ingresos muy importante para Roma con la que financiar las legiones y las obras públicas. Los seres humanos se reproducían con facilidad y eran fácilmente vendibles, en aprovechamiento de la economía.
El rey parto casi siempre estaba dispuesto a comprarle a Roma cuántos esclavos estuviera dispuesta a venderles, procedentes de las guerras o de los tributos, lo cual constituía una fuente de ingresos muy importante para Roma con la que financiar las legiones y las obras públicas. Los seres humanos se reproducían con facilidad y eran fácilmente vendibles, en aprovechamiento de la economía.
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