martes, 16 de septiembre de 2014

MARCO PORCIO CATÓN, REAGRUPANDO EL RESTO DE LAS TROPAS POMPEYANAS EN ÁFRICA




Con el pago de diez talentos de la donación de Cornelia Metela, los aproximadamente 10.000 hombres pudieron comer pan durante aquellos dos meses de preparativos, pan empapado de buen aceite de oliva. Haciendo indagaciones, encontraron tocino, y Catón disponía aún de una gran reserva de garbanzos. Sus propios diez mil hombres estaban en magnífica forma, gracias a casi un mes de remo, pero los últimos en llegar, a causa de las heridas y la inactividad, estaban más débiles. Catón hizo llamar a todos sus centuriones y dio órdenes: todos los hombres que se disponían a marchar tenían que someterse a un riguroso programa de instrucción y ejercicio, y en enero aquellos que no estuvieran en forma se quedarían en Arsinoe y tendrían que arreglárselas por sí solos.


( C. McC. )


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