El
Senado decretó que, cada cuatro años, Cónsules y sacerdotes ofreciesen votos
por mi salud. Para cumplirlos, tanto los cuatro Colegios sacerdotales mayores
cuanto los Cónsules ofrecieron frecuentemente, en vida mía, juegos públicos.
Asimismo, en sus casas y en las municipalidades, todos los ciudadanos, sin
excepción y unánimemente, realizaron en todo tiempo ceremonias por mi salud en
toda clase de lugares sacros.
(
Octavio Augusto )
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