La
batalla del Crémera fue un conflicto militar sucedido entre la República romana
y la ciudad etrusca de Veyes, en 477 a. C.
Los
registros históricos muestran la derrota de la fortificación romana en el río
Crémera y las incursiones resultantes por parte de Veyes sobre el territorio
romano.
El
relato de la batalla, escrito por Tito Livio, es una explicación de los hechos
reales y una exaltación del sacrificio de la gens Fabia. Probablemente su
objetivo fuese brindar el motivo de la ausencia de los fabios en los listados
consulares durante los años posteriores a la batalla. Además, este relato está
claramente influenciado por la actuación espartana en la batalla de las
Termópilas.
Luego
de una coexistencia pacífica entre Roma y Veyes, estas ciudades se hallaron
abiertamente en guerra hasta el punto en que una batalla ocurrida en 480 a. C.,
en la cual el ejército romano estuvo cercano a la derrota, fue salvada por el
cónsul Céson Fabio Vibulano. Después de esta batalla, los veyenses invadieron
permanentemente el territorio romano, siempre retirándose ante la llegada de
las legiones romanas para evitar el conflicto directo.
En
medio de un conflicto con los ecuos y los volscos, los romanos estaban luchando
en dos frentes. Así, en 479 a. C., la gens Fabia ofreció ocuparse de Veyes por
su cuenta mientras que las legiones de la República luchaban contra sus otros
enemigos. Livio dice que los 306 fabios adultos (es decir, hombres de más de
quince años de edad) fueron a la guerra junto con sus clientes.
Los
Fabios construyeron una fortaleza en el río Crémera, cerca de Veyes, desde el
cual consiguieron limitar las incursiones veyenses. Los veyenses se trabaron en
batalla cerca de la fortaleza romana, pero fueron vencidos por los Fabios y por
un ejército liderado por el cónsul Lucio Emilio Mamercino, y obligados a pedir
una tregua.
Tras
la ruptura de la tregua, los veyenses reanudaron sus ataques, pero fueron
derrotados una y otra vez por los Fabios, quienes, envalentonados por sus
éxitos, se volvieron atrevidos y atacaron y pillaron el territorio de Veyes.
Finalmente,
los Fabios cayeron en una trampa tendida por los veyenses. Creyendo a sus
enemigos lejos de la fortaleza, los romanos salieron a capturar un rebaño y se
separaron para perseguir a los animales. En ese momento apareció un número
mucho mayor de veyenses y rodearon a los Fabios. Adoptando una formación en
cuña, los romanos rompieron el cerco y lograron llegar a una colina donde
consiguieron repeler los ataques etruscos hasta la llegada de una formación
veyense por su retaguardia.
Los
Fabios fueron masacrados a excepción de Quinto Fabio Vibulano, quien era
demasiado joven para haber ido a la guerra.
Pon batallas ganadas por roma
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