domingo, 1 de julio de 2018

EL CÓNSUL CAYO MARIO SUGUIERE AL SENADO ROMANO



Pese a la hambruna que asola a Roma, los proletarios no son ni ladrones, ni asesinos, ni violadores de sus propias hijas, ni cualquier escoria que vosotros imaginéis. Simplemente son romanos, y son pobres, pero no ladrones ni asesinos, y ahora a falta de grano no pueden comer otra cosa que no sea mijos y nabos. No podemos soliviantarlos aprovechándonos de su situación desesperada, porque su actitud podría cambiar a por peor conforme vayan escaseando en los mercados el mijo y los nabos. Tenemos que hacer algo para socorrerlos del hambre.










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