domingo, 15 de julio de 2018

DISCURSO DEL PRÍNCIPE DEL SENADO MARCO EMILIO ESCAURO PROPONIENDO UN SENATUS CONSULTIM DE REPUBLICA DEFENDENDA PARA FRENAR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA DE LUCIO APULEYO SATURNINO QUE ASPIRA A CONVERTIRSE EN REY DE ROMA




La crisis asola a nuestra ciudad del mismo modo que sucedió durante los últimos días de Cayo Graco. En aquella ocasión, cuando Marco Fulvio y él recurrieron a la violencia como único medio para conseguir sus inicuos fines, se celebró un debate en esta cámara a propósito de si Roma necesitaba un dictador que se enfrentara a aquella aguda crisis, por breve que fuese. El resto es historia. La cámara rechazó nombrar un dictador y lo que hizo fue aprobar lo que podemos denominar una medida extrema: el Senatus consultum de republica defendenda por el que otorgaba a sus cónsules y magistrados potestad para defender la soberanía del Estado con los medios que se juzgaran necesarios, inmunizándolos de antemano contra cualquier procesamiento o veto tribunicio.



Yo sugiero, padres conscriptos, que hagamos frente a la actual situación del mismo modo, mediante un Senatus consultum de republica defendenda.


En previsión de desacuerdo, os ruego que los que estén a favor que se pongan a la izquierda y los que estén en contra, a la derecha, y se sea el cónsul Cayo Mario el primero que dé el paso sobre lo que él crea conveniente.


Ya veo que nadie se ha colocó a la derecha, y la cámara desde este mismo instante ha aprobado por unanimidad su segundo Senatus consultum de republica defendenda, cosa que no había sucedido en la primera ocasión histórica.


Cayo Mario, como podéis ver, quedo facultado por los miembros de esta cámara para instaros a que, como primer cónsul, defendáis la soberanía de nuestro Estado de la forma que estiméis adecuada o imprescindible. Declaro, además, en nombre de la cámara, que quedáis exento del veto tribunicio y que nada de lo que ordenéis se os reprochará ante ningún tribunal. A condición de que actúen siguiendo vuestras indicaciones, este cometido y la inmunidad quedan ampliados al segundo cónsul Lucio Valerio Flaco y a todos los pretores. Mas vos, Cayo Mario, quedáis igualmente facultado para nombrar delegados entre los miembros de esta cámara que no sean cónsules ni pretores, y a condición de que tales delegados actúen bajo vuestras órdenes, a ellos también se les amplía el cometido y la inmunidad. ¡¡Viva Roma!!


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