martes, 18 de agosto de 2020

CAYO MARIO, SIETE VECES CÓNSUL DE ROMA



Mario, siendo totalmente inculto, era supersticioso; pero su natural agudeza era tal, que toda superstición por él alimentada se adaptaba para servir a sus propios intereses. Durante su vejez, tomó el hábito de relatar un suceso ocurrido, según él, durante su niñez. Mientras caminaba por el campo "decía" recogió en sus brazos y guardó entre los pliegues de su toga un nido de águilas que contenía siete aguiluchos, y que había sido barrido de los acantilados por un fuerte viento. Sus padres, de inmediato, hicieron interpretar el presagio por los augures y éstos dijeron que el niño estaba destinado a ser el más grande hombre del mundo y que antes de morir alcanzaría siete veces la suprema posición en el Estado.

NOTA MÍA: LO EXTRAÑO DE ESTO ES QUE UN ÁGUILA NO PONE MÁS DE 3 HUEVOS







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