Cuando
alcanzó su madurez, Julio César era alto y apuesto, de cara redonda y ojos
negros cuya penetrante mirada denotaba gran energía espiritual y aguda inteligencia.
A veces sufría ataques de epilepsia, una enfermedad considerada entonces divina
y muy característica de grandes hombres (también Aníbal y Alejandro Magno la
habían padecido). Era creencia común que el ataque de epilepsia era provocado
por la irrupción de un dios en el cuerpo de la víctima.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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