sábado, 26 de noviembre de 2016

GENEROSOS ENTRETENIMIENTOS DE CALÍGULA CON SUS LEGIONARIOS



Por último, se adelantó hacia las orillas del océano a la cabeza del ejército, con gran provisión de catapultas y máquinas de guerra y cual si proyectase alguna gran empresa; nadie conocía ni sospechaba su designio, hasta que de improviso mandó a los soldados recoger conchas y llenar con ellas sus cascos y ropas, llamándolas «despojos del océano debidos al Capitolio y al palacio de los césares». Como testimonio de su victoria construyó una altísima torre en la que por las noches, y a manera de faros, encendieron luces para alumbrar la marcha de las naves. Prometió a los soldados una gratificación de cien denarios por cada uno, y como si su gesto fuese el colmo de la generosidad, les dijo: «¡Marchad contentos y ricos!».

( Suetonio )















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