sábado, 26 de noviembre de 2016

DESGRACIAS DE CLAUDIO


Estaba todavía en la cuna cuando murió su padre, viéndose obligado durante casi todo el tiempo de su infancia y su juventud a luchar con diferentes y obstinadas enfermedades; quedó con ellas tan débil de cuerpo y de espíritu, que ni siquiera en edad más avanzada se le consideró apto para cualquier cargo público, ni tampoco para ningún negocio particular… Su madre, Antonia, le llamaba «sombra de nombre, infame aborto de la Naturaleza», y, cuando quería hablar de un imbécil, decía: «Es más estúpido que mi hijo Claudio». Su abuela Livia sintió siempre hacia él un profundo desprecio; le dirigía la palabra raras veces, y si tenía algo que advertirle, lo hacía por medio de una carta lacónica y dura o en tercera persona. Su hermana Livila, habiendo oído decir que Claudio reinaría algún día, compadeció en alta voz al pueblo romano por estarle reservado tan desgraciado destino.

( Suetonio )











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