Plinio, que había sido comandante de una importante base
naval en Miseno, tenía unas opiniones curiosas acerca de la navegación, tal
como lo dejó escrito en su "Historia natural"). Veamos algunas:
- Salpicar los navíos con vinagre proporciona una ligera
protección contra los tifones.
- Personajes muy sobresalientes del orden ecuestre me
garantizan que han visto en el océano, cerca de Cádiz, a una criatura marina
totalmente semejante a un ser humano en todas las partes del cuerpo; dicen que
sube a los barcos durante la noche, que hace un peso enorme en la parte en la
que se sienta y que, si permanece mucho tiempo a bordo, llega a hundirlos.
- ¡ Ay, la vanidad humana!. ¡ Un pececillo de apenas quince
centímetros (la rémora) puede obstaculizar e inmovilizar por completo a esos
barcos con las proas reforzadas con bronce y con hierro para el choque!. Dicen
que durante la batalla de Accio una rémora obstaculizó la nave capitana de Antonio que intentaba pasar por delante de sus tropas para animarlas.
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