domingo, 4 de septiembre de 2016

SUETONIO DESCRIBE FÍSICAMENTE A OCTAVIO AUGUSTO ASÍ COMO SUS ENFERMEDADES



Su aspecto era muy agradable… sereno su semblante… Sus ojos eran vivos y brillantes… Tenía los dientes pequeños, claros y desiguales, el cabello ligeramente rizado y algo rubio, las cejas juntas, las orejas medianas, la nariz aguileña y puntiaguda, la tez morena, con corta talla… Tenía, dicen, el cuerpo cubierto de manchas…; intensas picazones y el uso constante de un cepillo duro le llenaron también de callosidades… Tenía la cadera, el muslo y la pierna del lado izquierdo algo débiles, y a menudo cojeaba de este lado, pero remediaba esta debilidad por medio de vendajes y cañas. De tiempo en tiempo experimentaba tanta inercia en el dedo índice de la mano derecha que, cuando hacía frío, para escribir tenía que rodearlo de un anillo de cuerno. Se quejaba también de dolores de vejiga, que sólo se calmaban cuando arrojaba piedras con la orina. Padeció, durante su vida, varias enfermedades graves y peligrosas; sobre todo después de la sumisión de los cántabros tuvo infartos en el hígado, perdiendo toda esperanza de curación… Padecía aun otros males que le atacaban todos los años en el día fijo, encontrándose casi siempre mal en el mes que había nacido: se le inflamaba el diafragma a principios de primavera y padecía fluxiones cuando soplaba el viento de Mediodía…




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