viernes, 23 de septiembre de 2016

TIBERO ACONSEJA A CALÍGULA CÓMO TRATAR AL SENADO


Todo lo que acabas de decir es verdad y, por ello, no concedas a ninguno de ellos tu favor ni tampoco perdones a nadie, porque todos te odian y rezan por tu muerte, y, si pudieran hacerlo, ellos mismos te asesinarían. En consecuencia, no te rompas la cabeza pensando cuáles de tus medidas aprueban, ni te preocupes por sus chácharas; lo que tienes que hacer es no perder nunca de vista tu propio bienestar y tu seguridad, porque no hay nadie que tenga más derecho a ello que tú. Si obras así, te ahorrarás sufrimientos y gozarás de las cosas gratas, y, además, obtendrás su veneración, quieran o no quieran hacerlo. Si, por el contrario, tomas la otra vía, no sacarás ningún provecho, ya que por mucho que ganes, en apariencia, una vanidosa fama, no sacarás nada positivo; al contrario, acabarás, víctima de algún atentado, con un final miserable. Porque a ningún hombre le gusta dejarse gobernar; hace, más bien, la corte a quien es más fuerte que él mientras viva con miedo, pero si vuelve a recobrar el ánimo, seguro que, al verlo más débil que él, se vengará.


( Dion Casio)





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