La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre; pero el oro no apaga jamás la avaricia.
La sed y el hambre son necesidades básicas que satisfacen la bebida y la comida. Sin embargo, cuando se trata de encontrar la felicidad y la realización en la vida, la avaricia no puede satisfacer nuestra sed insaciable de riqueza y poder.
En lugar de centrarnos en la acumulación de riquezas, debemos buscar significado en nuestras vidas a través de nuestras relaciones con los demás, la conexión con la naturaleza y la búsqueda de propósito en lo que hacemos.
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