lunes, 25 de mayo de 2015

CAYO JULIO CÉSAR, CONVERSANDO CON SU AMIGO MARCO CRASO




-¿Sabes, Marco? Siempre me recuerdas a un constructor. Cada vez que construyes una casa para tu esposa y tus hijos juras por todos los dioses que no la venderás. Pero luego se presenta alguien con más dinero que sentido común, te ofrece unas sabrosas ganancias y ¡bang!, esposa e hijos se quedan sin hogar hasta que esté construida la próxima casa.



-Todas las razas estiman el oro más que nada, así que de todas ellas se consigue oro.Lo necesitarás para pagar tus deudas.




-Sí, así es. Pero el oro no es el principal atractivo, al menos para mí. En ese aspecto Pompeyo Magnus tiene razón. El oro viene, sencillamente, por añadidura. Lo que es más importante es la longitud del alcance de Roma.





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