El emperador Galba crucificó a un tutor por haber envenenado
a su pupilo, cuya herencia debía recibir en caso de fallecimiento, y cuando aquél
invocó las leyes alegando que era ciudadano romano, ordenó cambiar la cruz y
levantar otra mucho más alta que las demás y pintada de blanco, como si con
ello quisiera suavizar su castigo prestándole algún consuelo y honor en su
condición de ciudadano romano condenado.
( Suetonio en "Vida de Galba")
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