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CONSTANTINO |
Y si es preciso enfrentarse al enemigo, conserva tu puesto
con firmeza entre los portaestandartes, espera con todo cuidado el momento
adecuado par levantar la moral de tus hombres con un acto de bravura, inspira a
los combatientes con tu ejemplo, sin precipitación, apóyales con refuerzos
cuando se hallen sometidos a fuerte presión, reprende modestamente a los
perezosos, y hállate presente como testigo cierto de los hechos, tanto de los
valientes como de los cobardes. Por consiguiente, urgido por la gravedad de la
situación, como un valiente a la cabeza de otros valientes.
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JULIANO |
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