lunes, 3 de octubre de 2016

CALÍGULA EN EL TEATRO


 

Cuando algún artista despertaba las simpatías de Calígula, lo favorecía hasta la locura. Besaba al pantomino Mnéster incluso durante el espectáculo, y si alguien hacía el menor ruído mientras aquél danzaba, mandaba arrancarlo de su asiento y lo azotaba con sus propias manos. A un caballero romano que alborotaba le dio por medio de un centuríón la orden de partir al puerto para Ostia y de llevar al rey Ptolomeo de Mauritania una carta suya, cuyo contenido era el siguiente: "No hagas nada, ni bueno ni malo, a ese que ahí te mando"

( Suetonio en "Vida de Calígula") 









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