jueves, 27 de octubre de 2016

EL ORIGEN DE LA PALABRA CASTRUM (CAMPAMENTO MILITAR O FORTIFICACIÓN ROMANA)


 

La palabra que designa en latín el campamento militar, castra, se hacía derivar popularmente del adjetivo castus, "casto", o del verbo castrare, "castrar", pues en el campamento se castraba el deseo sexual. El emperador Septimio Severo ( 193-211 d. C. ) fue el primero en permitir el matrimonio de los soldados que estuvieran prestando servicio militar.

 

En el Imperio romano, un castrum (en plural castra, una fortaleza) era una fortificación o campamento militar. Los campamentos del ejército romano siempre fueron edificados conforme a un cierto modelo, de planta rectangular y con dos pasos principales que se cruzaban: el "Cardo Maximus", que se extendía al norte y al sur, y el "Decumanus Maximus" al este y al oeste, lo que dividía el campo en cuatro partes iguales.

 

 Las avenidas acababan en cuatro portales. El foro se ubicaba en la intersección del Cardo Maximus y el Decumanus Maximus. El resto de las calles y construcciones se hallaban paralelas a las principales, las cuales formaban un patrón de cuadrícula que se utiliza mucho en las ciudades.


Los romanos también denominaban "castrum" a los poblados o fortificaciones de otras culturas como los celtas, rodeadas de una muralla circular en la cima de una colina. Este sentido es el que pervive hoy en día en la palabra castro. Asimismo el sentido militar del término se conserva aún en la palabra "castrense".


El castrum o campamento militar romano fue el origen de numerosas poblaciones en Europa, algunas de las cuales conservan hasta el día de hoy rasgos de sus modelos originales (por ejemplo, Castres en Francia, Barcelona en España).


Asimismo, el castrum fue la base del modelo empleado por los colonos españoles en América, el "tablero" de 7 manzanas de 100 m por lado con una Plaza de Armas en el centro cerca de un río y de una colina defendible, siguiendo estrictas normas impuestas por la monarquía española para la fundación de nuevas ciudades en el Nuevo Mundo.



Muchos pueblos de Inglaterra aún mantienen derivados de la palabra castra en sus nombres, como Lancaster, Chester, Leicester y Mánchester, por ejemplo.


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