Que más quisiera yo que todos los romanos pudieran vivir con
tantas riquezas como yo. ¿Es que no merecen gozar de los frutos de su trabajo?.
Pero ¡ay! . Han sido privados de sus derechos y de sus honestos placeres. ¿Acaso
no se merecen todos los romanos tener carros y carretas, buenos caballos y
moradas espléndidas?. ¿Quién les niega ese derecho?, pues los privilegiados,
los codiciosos y los avariciosos. Los explotadores del pueblo. Yo espero
corregir esta situación en la nueva Roma que propongo. ¿Es que los romanos no
nos merecemos todo lo mejor que el mundo produce?. ¡ Claro que sí !. Los que
digan lo contrario son los enemigos del pueblo.
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