Cualquiera se contenta con poner un portero a la entrada de
su casa; como se trata de un hombre, con uno es suficiente. Pues bien, tres
diosos han puesto los paganos: Fórculo, para las hojas de la puerta (flores): Cárdea,
para los goznes (cardines); y Limentino, para el umbral (limen); de modo que Fórculo
era incapaz de guardar simultáneamente el umbral y los goznes.
( San Agustín en "La ciudad de dios")
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