viernes, 2 de septiembre de 2016

OCTAVIO AUGUSTO EN SU LECHO DE MUERTE


 

El día de su muerte… pidió un espejo y se hizo arreglar el cabello para disimular el enflaquecimiento del rostro. Cuando entraron sus amigos, les dijo: «¿Os parece que he representado bien esta farsa de la vida?». Y añadió luego en griego la sentencia con que terminan las comedias: «Si os ha gustado, batid palmas y aplaudid al autor». Mandó después retirarse a todos… y expiró de súbito entre los brazos de Livia, diciéndole: «Livia, vive y recuerda nuestra misión; adiós». Su muerte fue tranquila y como siempre la había deseado.


( Suetonio)




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