Gayo
Acilio (en latín, Gaius Acilius) fue un senador e historiador romano de finales
del siglo III a. C. y la primera mitad del siglo II a. C. perteneciente a la
gens Acilia. Se le considera representante de la llamada analítica antigua o senatorial
y de un marcado filohelenismo, que lo llevó a afirmar el origen de Roma como
una colonia griega.
A
pesar de no mantener una posición política, su conocimiento de la lengua griega
le permitió introducir como intérprete en el senado romano la llamada «embajada
de los filósofos», que en el 155 a. C. llevó a Carnéades, Diógenes el Estoico y
Critolao a Roma, para negociar la reducción de una multa que se había impuesto
a la ciudad de Atenas. Los discursos de Carnéades traducidos por Gayo Acilio
alcanzaron una gran repercusión y fueron considerados subversivos por Catón el
Censor, que consiguió que los tres filósofos fueran expulsados.
Siguiendo
el ejemplo de Quinto Fabio Píctor, a quien se atribuye el mérito de haber dado
inicio a la historiografía romana, Acilio escribió una Historia de Roma en
lengua griega, que cubría desde los orígenes hasta el año 184 a. C., según
Dionisio de Halicarnaso, o el 142 a. C., según Tito Livio. Se conservan solo
algunos fragmentos, por los que puede deducirse que, como en la obra de Píctor,
dedicaba mucho espacio a los orígenes de Roma, a lo que sumó un mayor interés
por las ceremonias e instituciones culturales.
Parte
de su obra fue traducida al latín por Quinto Claudio Quadrigario en el siglo I
a. C.
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