Los lares eran dioses paganos de origen puramente romano que habitaban todas las esferas de la existencia, desde la seguridad doméstica y las encrucijadas, hasta los mojones.
Los Lares Permarini eran las fuerzas, en número indefinido, que protegían al viajero romano de los peligros del mar.
Era costumbre entre los marinos romanos cortarse la coleta o parte de la cabellera y arrojarla al mar como sacrificio cuando se cernía algún peligro como el hecho de avecinarse una tormenta en el mar. El primer reportaje pormenorizado de la Historia sobre una travesía, la tenemos en los Hechos de los Apóstoles 27. Por cierto termina en naufragio.
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