domingo, 9 de febrero de 2020

LEOCADIA DE TOLEDO


 
Leocadia de Toledo o Santa Leocadia fue una mujer venerada por la Iglesia como santa, que murió virgen y mártir.
 
Aunque Aurelio Clemente Prudencio (384-410), que dedicó parte de su obra a himnos de los mártires no menciona a Leocadia, ya desde antiguo había una iglesia dedicada a la santa. Leocadia es uno de los santos de culto más antiguos de España, apareciendo citado ya, por ejemplo, en los calendarios mozárabes6 La prisión y muerte de Leocadia fue narrada en un relato del siglo VII.
 
Las primeras fuentes hagiográficas datan, probablemente, del siglo V. Narran que Leocadia pertenecía a una familia noble.
 
Según la tradición fue Publio Daciano, prefecto romano de Hispania y gobernador de la Bética aplicó en Hispania del decreto de Diocleciano que ordenaba la persecución de los cristianos y el responsable directo de su encierro y, en última instancia, muerte por martirio incruento. 
Al llegar a Toledo, el prétor Daciano manda encarcelar a Leocadia por la confesión pública de su fe y rechazo a la apostasía. Leocadia fue encerrada con amarras y en una mazmorra oscura para que reflexionara sobre los tormentos que la esperaban si no rectificaba. Enterada del martirio de Eulalia de Mérida y de otros mártires como, entre otros, Vicente, Sabina y Cristeta de Talavera, con los tremendos tormentos que les fueron aplicados con gran crueldad, Leocadia muere, tal vez también de agotamiento, en prisión.
 
Inicialmente fue enterrada en el cementerio de Toledo, en la zona occidental, junto al Tajo, donde estuvieron hasta el siglo VIII. La persecución de Abderramán I contra los cristianos provocó que muchos mozárabes huyeran de la ciudad y se llevaran las reliquias de Leocadia, junto con las de otros santos toledanos. Las de Leocadia fueron llevadas a Oviedo, donde Alfonso el Casto erigió un templo en su honor. De Oviedo, las reliquias fueron llevadas a Flandes en el s. XII. Por mediación de Felipe II los monjes del cenobio de Saint-Ghislain (diócesis de Cambrai), donde estaban entonces depositadas, acceden a entregarlo al padre jesuita Miguel Hernández y en 1587 llegan a la catedral de Toledo. En la ceremonia de recepción asisten entre otros, el rey Felipe II.
 
Los restos de la santa reposan en el Ochavo de la catedral, en una arqueta de plata, la cual tiene textos sobre su vida. La arqueta fue diseñada por Nicolás de Vergara y confeccionada por el platero Merino. Se saca en procesión en carroza el día 9 de diciembre.
 
Se la representa con una cruz por la que dibujó en prisión en la roca y con la palma del martirio. También ante el pretor, azotada y en prisión. En otras ocasiones se la representa en su aparición a San Ildefonso de Toledo. Por último, se la representa con una torre, por haber muerto en prisión. Tiene el título de confesora.
 
La tradición toledana sostiene que la iglesia de Santa Leocadia en Toledo (España) está edificada sobre el solar de la casa donde nació la santa, a la que pertenecería una pequeña habitación subterránea, donde se afirma que hacía oración.
 
La parroquia aparece citada en documentos desde mediados del siglo XII, con la denominación de Santa Leocadia de dentro de Toledo, para diferenciarla de otra iglesia, con la misma advocación, junto al alcázar, edificada en el lugar donde la santa estuvo en prisión. También se llamó a la basílica extramuros la de fuera, antes de "Santa Leocadia" y actualmente del "Cristo de la Vega", donde fue enterrada.










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