domingo, 18 de junio de 2017

LA TUMBA DE ALEJANDRO MAGNO

 

La ubicación exacta en Egipto de la tumba de Alejandro Magno desconcierta a historiadores y arqueólogos, como siguen fascinando en todo el mundo sus conquistas y hazañas. 

Los primeros relatos sobre la búsqueda del mausoleo del mítico general macedonio se remontan al siglo IV d.C., poco después de que se perdiera la pista de su cripta que, al parecer, fue destruida en la furia que se desató contra los lugares paganos de Alejandría, cuando el Cristianismo se impuso como credo oficial en Egipto. 

Desde entonces, se han organizado centenares de expediciones arqueológicas para localizar la tumba del legendario rey, que conquistó un imperio que se extendió desde Grecia a la India .

En Egipto, la mayoría de expertos coincide en que la codiciada cripta se encontraría en algún lugar de la actual ciudad de Alejandría, metrópolis que heredó el nombre del célebre conquistador que la convirtió en el año 331 a.C. en el centro político, económico y cultural del mundo antiguo. "Los emperadores romanos Julio Cesar, Caracalla y Augusto, entre otros, visitaron Alejandría para contemplar su momia", explicó a EFE el ex director del Museo Grecorromano de Alejandría, el arqueólogo Ahmed Abdel Fatah. "Hasta la época romana, su cuerpo aún reposaba en una tumba situada en el cementerio de la realeza ptolomea, en un sarcófago de cristal, en el que fue puesto por el rey Ptolomeo XI después de robar el ataúd de oro para poder pagar los salarios a sus soldados", precisó Fatah. 


Sin embargo, hay manuscritos históricos que indican que Alejandro pidió ser sepultado en el templo del dios faraónico Amon (entonces famoso por su oráculo), en el oasis de Siwa, en el desierto egipcio del Oeste, próximo a la frontera libia. 

Finalmente, otros historiadores sostienen que el héroe macedonio pudo haber sido inhumado en Menfis -la capital del Imperio Antiguo faraónico, que estuvo situada a unos 22 kilómetros al suroeste de El Cairo-, dado que los dioses de esa metrópolis eran de más alto rango que Amon. El ex jefe del Consejo Supremo de Antigüedades (CSA) Abdel Halim Nuredin asegura por su parte que el mausoleo estuvo primero en Alejandría y, probablemente, fue trasladado a Menfis, después a Siwa, y, finalmente, retornó a Alejandría. 

"Creo que su cripta está en algún lugar del cementerio latino de Alejandría", afirmó Nuredin, que tampoco descartó la posibilidad de que se encuentre en Siwa.  Mientras que Fatah cree que la tumba debería buscarse en la zona de la intersección de las dos principales avenidas de Alejandría, en la plaza de Az Zoma, y, quizá, entre un lugar conocido como Tel Kom El Deka y la mezquita del Profeta Daniel. 

Precisamente algunos arqueólogos buscaron sin éxito durante el siglo XX el mausoleo en los subterráneos de la mezquita de Daniel. 


El descubrimiento de la legendaria cripta seguirá siendo uno de los principales desafíos para la arqueología, al menos en Alejandría, debido a que los lugares en que podría hallarse se encuentran en el subsuelo de los más importantes edificios de la urbe. 
"No podemos demoler esas construcciones para realizar excavaciones. Deberemos esperar a que alguna de ellas se desplome", concluyó Fatah, que en todo caso cree que la tumba también debería buscarse en el templo de Amon de Siwa. 


En ese mismo templo se registró hace diez años el último anuncio del hallazgo del mausoleo, cuando un equipo de arqueólogos encabezados por la experta griega Iliana Sulavetzi aseguró que lo había encontrado. El revuelo que causó el anuncio en el mundillo arqueológico llevó al gobierno egipcio a una decisión paradójica: revocó el permiso de excavación de la griega, clausuró la misión y nunca ha podido saberse cuánto había de verdad en sus afirmaciones. 


De acuerdo con relatos históricos, Alejandro Magno murió a los 33 años, el 323 a.C., en Babilonia, donde sus restos mortales permanecieron dos años debido al desacuerdo entre sus cuatro generales sucesores sobre dónde debía ser sepultado y cómo debía celebrarse el funeral de un hombre de su talla.

Estuvo enterrado en Alejandria, allí tiene la tumba, pero los restos de Alejandro Magno, desaparecieron y se cree que están en San Marcos en Venecia 

ASÍ QUE SE SUPONE QUE SU CADÁVER DESAPARECIÓ HACE 1.300 AÑOS 



Los restos de Alejandro Magno, ¿en la tumba de San Marcos? 

( Fuente noticias de EFE )

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LONDRES.- La venerada tumba de San Marcos en Venecia podría contener no los restos del evangelista, sino nada menos que el cuerpo de Alejandro Magno, según el historiador británico Andrew Chugg, experto en el legendario rey de Macedonia. 

Chugg, según pública hoy el diario británico "The Independent On Sunday", cree haber localizado el paradero de los huesos del famoso conquistador, todo un misterio que ningún arqueólogo ha logrado descifrar. 

El erudito considera que se deben exhumar las supuestas reliquias santas y los restos momificados del evangelista sepultados bajo el altar de la basílica de San Marcos para someterlos a una prueba de ADN, algo que escandalizaría, sin duda, a los católicos más devotos. 

Hijo de Filipo II y Olimpia y discípulo de Aristóteles, Alejandro (356-323 antes de J.C.) ha maravillado durante siglos a partidarios y detractores, con su aura de semidiós y su formidable poder militar para conquistar un imperio que abarcó desde Grecia a la India. 

Tal es la fascinación que despierta el personaje, que Hollywood contará su vida en una película épica dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Colin Farrell, Angelina Jolie y Anthony Hopkins, que se estrenará este año. 

El rey macedónico murió en Babilonia a la temprana edad de 32 ó 33 años y en circunstancias muy extrañas, dejando una serie de proyectos de expansión, siendo el más importante el control de la península Arábiga, fundamental para el comercio de especias. 

El filósofo griego Arriano apuntó a un posible envenenamiento promovido por su anterior maestro, Aristóteles, mientras Friedrich Engels consideró que murió de malaria y el eminente historiador Fritz Schachermeyr plantea la leucemia como la causa de la muerte. 

El cadáver desapareció 



Sea como fuere, el cadáver de Alejandro Magno fue enterrado en una tumba construida en la ciudad egipcia de Alejandría, donde yació durante 700 años y después desapareció, según algunos entendidos. 

Pero Andrew Chugg sostiene que la confusión histórica sobre la suerte del cuerpo del mítico guerrero se explica porque el cadáver fue disfrazado de San Marcos para evitar su destrucción durante una insurrección cristiana. 

"Ambos cuerpos se dice que fueron momificados con lino y uno desapareció al mismo tiempo que apareció el otro, en casi exactamente el mismo lugar, cerca de un cruce de carreteras de Alejandría", afirma el historiador británico. 

"Existe -continúa- una gran posibilidad de que alguien de la jerarquía de la Iglesia, quizá el propio Patriarca, decidiera que podría ser un buen plan hacer que los restos de Alejandro pasasen por los de San Marcos". 

En opinión del experto, "si eso es verdad, entonces fueron los restos de Alejandro, no los de San Marcos, los que fueron robados por mercaderes venecianos unos cuatro siglos más tarde para devolverlos a su ciudad natal". 



La teoría de este historiador, contenida en su próximo libro, "La tumba perdida de Alejandro Magno", ha dividido a la comunidad académica. 

Robin Lane Fox -experto sobre el conquistador, profesor en la Universidad de Oxford y asesor de Oliver Stone en su próximo filme- dijo que la hipótesis "es muy bonita, pero resulta ligeramente trasnochada". 



Por contra, Paul Cartledge, profesor de Historia Griega en la Universidad de Cambridge y autor del libro "Alejandro Magno: La búsqueda de un nuevo pasado", señaló que la teoría de Chugg "podría ser verdad, pues hay una laguna histórica que necesita aclararse". 

"Todos -agregó Cartledge- queremos saber por qué se pierde la pista a finales del siglo IV. En ese momento, triunfa el cristianismo y nadie tiene voz para decir dónde está enterrado este héroe pre-cristiano".




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