sábado, 11 de marzo de 2017

LAS OBSCENIDADES DE TIBERIO


Se dice que llevó la obscenidad más lejos aún, y hasta excesos tan difíciles de creer como referir. Dícese que había enseñado niños de tierna edad, a los que llamaba sus pecesillos, a que jugasen entre sus piernas en el baño, excitándole con la lengua y los dientes, y también que, a guisa de seno, ofrecía sus partes a niños grandecitos, pero en lactancia aún, género de placer al que su inclinación y edad le llevaban principalmente... Dícese también que un día, durante un sacrificio, enamorado de la belleza del que llevaba el incienso, apenas esperó a que terminase la ceremonia para satisfacer ocultamente su innoble pasión, a la que tuvo que presentarse también un hermano del joven, que era flautista, haciéndoles romper las piernas porque mutuamente se echaban en cara su infamia.











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