sábado, 9 de agosto de 2014

ROMA Y LOS ESCLAVOS





LOS ESCLAVOS 

En resumen, la sociedad romana parece haber sido una sociedad abierta. Al final del Alto Imperio (y, sobre todo, en el Bajo Imperio), la promoción social es, en conjunto, cosa corriente. La política imperial que consiste en utilizar hombres nuevos, permite que sea mucho mayor el número de individuos que alcanza el bienestar y los honores.




Asimismo, políticamente, la extensión del derecho de ciudadanía, concedido poco a poco a todos los ciudadanos del Imperio romano, es signo de la transformación constante de esta sociedad que, especialmente en la época republicana, había quedado estancada. 




Sin embargo, siempre existió en Roma y en las provincias un proletariado desdichado y poco protegido, constituido por pequeños campesinos arruinados y por esclavos.



Algunos historiadores marxistas contemporáneos consideran que el sistema de esclavitud es la base del progreso del Estado romano, puesto que favorece una economía de grandes propiedades (es decir, de aquellos que poseen una villa y una propiedad rústica importante). Los esclavos, poco numerosos al comenzar la historia romana, afluyen a medida que aumentan las conquistas.




Esclavos domésticos (artesanos, servidores, secretarios, músicos, etc.) y esclavos rurales (obreros agrícolas) no tienen ningún derecho en los primeros tiempos de Roma; sólo son cosas, que se compran y se venden en los mercados, seres sobre los cuales el dueño tiene derecho de vida y muerte.




La suerte de los esclavos depende del carácter de su amo, que puede suavizar su condición, e incluso liberarlos de su esclavitud.




Pero, en general, es una condición miserable que, en ciertos períodos de crisis, es punto de partida de sublevaciones brutales y violentas (las guerras de los siervos). Más tarde, el poder del dueño sobre el esclavo (la dominica potestas), es limitada; la ley Petronia (19 d. de J.C.) prohíbe entregar un esclavo a las fieras en los juegos circenses, salvo si antes ha sido considerado culpable de alguna falta. Antonino Pío prohíbe al dueño dar muerte a sus esclavos "sin motivo" (!).




Pero la condición jurídica del esclavo continúa siendo casi inexistente: no puede plantear un litigio y sus actos son -desde el punto de vista del derecho civil- actos nulos. Por ejemplo, la unión de un esclavo con una esclava no se considera matrimonio (sin embargo, en el Bajo Imperio esta unión -aunque no reconocida jurídicamente- tiene una cierta eficacia de hecho: los hijos ya no son separados de su madre en caso de que ésta sea vendida).




Sin embargo, no se puede hablar de esclavitud en Roma: para ello sería necesario demostrar que lo esencial de la riqueza romana era debido al trabajo de los esclavos. Ahora bien, es indudable que, en vísperas del Imperio, había en la Península Itálica unos 4.000.000 de esclavos por 10.000.000 de hombres libres.



POR EL MERCADO DE ESCLAVOS EN ROMA


El ritmo de las manumisiones va aumentando durante los dos primeros siglos. No porque el mundo romano se "humanice", sino porque los dueños, e incluso el Estado comprueban que un liberto es más "rentable" que un obrero esclavo: El mundo romano es más un mundo de libertos que de esclavos.

























































































No hay comentarios:

Publicar un comentario