La decadencia de Roma fue la consecuencia natural e
inevitable de su desmesurada grandeza. La prosperidad sufrió ante el principio
de decadencia; las causas de la destrucción se multiplicaron al ampliarse la
conquista y, tan pronto como el tiempo o el azar hubieron eliminado los apoyos
artificiales, el extraordinario tejido cedió a la presión de su propio peso. La
historia de su ruina es simple y obvia, y en vez de preguntarnos por qué fue
destruido el Imperio romano, deberíamos más bien sorprendernos de que perdurara
tanto tiempo.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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