domingo, 11 de diciembre de 2016

ATILA, EL AZOTE DE DIOS


La imagen que ha sobrevivido del rey de los hunos en la imaginación popular hasta el siglo XXI es la de un cruel y sanguinario caudillo bárbaro que anegó el Imperio romano en sangre y que llegó a plantarse a las puertas de la misma Roma, donde sólo la intervención de un enérgico Papa logró contener su avance y que se retirase más allá de las fronteras. Pero la realidad de Atila y del tiempo que le tocó vivir es mucho más compleja. Efectivamente, fue un líder tribal de una actividad combativa inagotable que provocó una fuerte desestabilización en un mundo romano ya de por sí muy debilitado, pero ni fue tan salvaje ni la conjuración del peligro que supuso su avance sobre Roma fue mérito de sus adversarios. Ya desde su época fue víctima de una campaña propagandística que le calificó nada menos que de «flagelo de Dios», cuyos ecos han perdurado hasta nuestros días a costa de una realidad histórica en la que es posible que Atila, además de verdugo, fuese víctima.

( Argumento del Canal televisivo Historia )











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