domingo, 18 de diciembre de 2022

ANTONINO PÍO, DESIGNADO SUCESOR DE ADRIANO

En el año 136 anunció que había determinado adoptar a Ceyonio Cómodo, yerno del antiguo conspirador Nigríno, pues le resultaba agradable por su belleza. Adoptó por tanto a Ceyonio Cómodo Vero, a pesar de la oposición general, y le llamó Elio Vero César. Con ocasión de su adopción concedió unos juegos circenses y distribuyó un donativo entre el pueblo y los soldados. Le honró con la pretura y le impuso inmediatamente el frente de la Panonia, tras habérsele concedido el consulado y las costas precisas para su ejercicio. Le volvió a designar cónsul por segunda vez. Y, como veía que tenía poca salud, solía repetir: «Nos hemos apoyado en una pared caediza y hemos perdido los cuatro millones de sestercios que hemos distribuido al pueblo y a los soldados por la adopción de Cómodo». Por lo demás, Cómodo ni siquiera pudo dar gracias a Adriano en el Senado por la adopción a causa de su enfermedad. Por fin, al arreciar ésta por la ingestión excesiva de un antídoto, murió el mismo día de las calendas de enero mientras dormía. Por ello Adriano no prohibió su luto, pues era el día destinado a los votos públicos. Y, una vez muerto Elio Vero César, ante el acoso violento de una funestísima enfermedad, Adriano adoptó a Arrio Antonino, que recibió después el nombre de Pío, pero con la con­dición de que adoptara él, a su vez, a Anio Vero y a Marco Antonio. Estos son los primeros que después gobernaron el Estado como dos Augustos, en igualdad de condiciones. Respecto a Antonino, se dice que recibió el nombre de Pío porque ofrecía su brazo a su suegro, fatigado ya por la edad, si bien otros afirman que recibió dicho apodo porque arrancó a muchos senadores de las manos de Adriano, que ya comenzaba a mostrarse cruel, y otros, porque ofreció grandes honores al propio Adriano después de su muerte. Muchísimos vieron con dolor que se hubiera adoptado a Antonino en aquellos momentos, especialmente Catilio Severo, prefecto de la Ciudad, que preparaba para sí el trono. Pero cuando se descubrieron sus intenciones, éste fue destituido de su cargo, tras haberle asignado un sucesor.

 ( Historia Augusta )






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