martes, 2 de agosto de 2016

POMPEYO SIN SUS ESCLAVOS


Tal fue la repentina humillación de Pompeyo tras su derrota a manos de César en la batalla de Farsalia en 48 a. C., que cuando se refugió en la cabaña de unos pescadores, tuvo que quitarse él solo las sandalias, porque ya no le quedaba ningún esclavo.


( Plutarco en "Vida de Pompeyo")




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