sábado, 27 de agosto de 2016

EL SENADO BAJO EL CONTROL DE TIBERIO CELEBRANDO UN JUICIO


 

[…] se encendió de tal manera que rompiendo su habitual taciturnidad declaró a voces que en aquella causa también él declararía, públicamente y bajo juramento, para que los demás se vieran obligados a hacer lo mismo. Quedaban todavía entonces restos de la libertad moribunda. Y así, Cneo Pisón le dijo: «¿En qué lugar, César, quieres declarar? Si eres el primero, tendré una pauta para guiarme; pero si lo haces el último, tengo miedo de disentir de ti sin saberlo».


( Tácito )



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