sábado, 2 de agosto de 2014

EL TEMPERAMENTAL MARCO PORCIO CATÓN




Catón escuchaba, con la mirada fija en el rostro de Bíbulo. El mejor, el que más aguante tenía de todos sus amigos. Un tipo muy pequeño cuyo cabello, cejas y pestañas eran tan plateados que parecía peculiarmente calvo. También los ojos los tenía plateados. De rostro afilado y de mente igualmente afilada. Aunque podía estarle agradecido a César por servir de estímulo para aguzar el filo de la navaja en su mente.




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