sábado, 2 de agosto de 2014

EL EMPERADOR CARACALLA





El primogénito, Basiano, conocido por Caracalla (del nombre de un manto galo al que tenía un particular cariño), debía compartir al principio el poder con su hermano Geta.



Caracalla, brutal, amante de las fieras, no aceptó el reparto, y, durante un cierto tiempo, el Imperio vivió aguijoneado por el futuro, esperando conocer la muerte de uno de los dos emperadores.



Sin embargo, la emperatriz, su madre, intentó reconciliarlos. La idea fue desdichada, porque Caracalla aprovechó la ocasión para hacer asesinar a su hermano, encontrándose de este modo solo a la cabeza del Imperio.

                                     BUSTO DEL EMPERADOR CARACALLA

El pelo rizado de la barba y de la cabellera contribuyen 
a crear el efecto de claroscuro perseguido
 por la escultura romana del siglo II.



Caracalla amaba sobre todo la caza y la compañía de los gladiadores; desde Cómodo, Roma estaba acostumbrada a estos gustos extraños.



Con el nuevo emperador, el Imperio vivió días terribles, como en los tiempos de Calígula y Nerón. Como el jurista Papiniano se negara a escribir una justificación del fratricidio, Caracalla hizo que fuera decapitado ante él.



Pero los resortes del poder quedaron, al parecer, en manos de la emperatriz madre. La prodigalidad del emperador hacia sus soldados dejó vacías las arcas del tesoro en breve tiempo.




Para procurarse nuevos ingresos hubo que aumentar algunos impuestos, en particular los derechos sobre las herencias; esto obligó al emperador a conceder a todos los habitantes del Imperio el título de ciudadanos romanos (año 212).



Para contener a la plebe de Roma hizo construir las suntuosas termas que llevan su nombre. 






Este emperador desequilibrado intentó no obstante mostrarse un buen soldado y, como su padre, marchó a combatir contra los partos.



Pero sus soldados, que lo que más amaban de las batallas era el botín, y que tenían pocos deseos de alejarse de sus bases, le jugaron una mala pasada: Caracalla fue asesinado en el año 121, en Carrhae.


EL EMPERADOR CARACALLA

ESCULTURAS DEL EMPERADOR CARACALLA:




































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