Se dice que el circo podía contener 250.000 espectadores. Un número enorme para cualquier época.
La tradición atribuye su primera construcción a tiempos de Tarquinio Prisco. Las graderías, de madera en origen, se construyeron después en mampostería.
En el año 329 a. de J.C. se construyeron en el lado norte las "carceres", pero la estructura recibió una estable construcción en mampostería tan sólo en el siglo II a. de J.C. Posteriormente, en la época imperial, fue modificada y ampliada.
La inmensa construcción medía 600 metros de longitud y 200 de anchura. En el centro de la pista había la llamada "espina", en torno a la cual los carros giraban siete veces antes de concluir su frenética carrera.
Además, dos grandiosos obeliscos estaban hincados en medio de la espina. Totila, el Gran Rey de los godos, fue el último que ofreció a los romanos las carreras en el circo, en el año 549 d. de J.C.
Los Aurigas de los carros justaban por los colores de las 4 facciones, a saber; Blancos, Verdes, Azules y Rojos. Las carreras de los carros suscitaban en el público romano un entusiasmo enorme, que a veces acababa en demostraciones de fanatismo exasperado. Y a menudo se producían peleas sangrientas.
Hacia la izquierda, encima del circo, campeaba el palacio de los Césares, con toda su imponencia y esplendor.
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