domingo, 3 de agosto de 2014

ALGUNAS DE LAS FRASES MÁS CONOCIDAS DE ALEJANDRO MAGNO



-La fortuna favorece a los más audaces. 


-El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar. 


-Ninguna fortaleza es tan inexpugnable que no puede entrar en ella un mulo cargado de oro. 


-Conquisten sus miedos, y conquistarán el mundo. 



-Creo que sueñas, Crátero. Tu simplicidad se acabó al tener concubinas, y con ellas, hijos persas. Te has enriquecido consiguiendo posesiones y joyas. ¡Porque te has esclavizado con todas las cosas que consiguen destruir a los hombres! 



-Venced vuestro miedo, y os prometo que venceréis la muerte. 



-Es hermoso vivir con valor y morir dejando trás de sí fama imperecedera. 


-¡Qué excelente caballo pierden por falta de destreza y denuedo para manejarlo!




-Dios es padre común de todos los hombres.



-Si espero perderé la audacia de la juventud.



-No tengo una sola parte de mi cuerpo, por lo menos enfrente, que no tenga cicatrices; no hay arma, que se use de cerca, o que se lance desde lejos, de la cual no lleve la marca.



-El final y la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y enfermedades de los que sometemos.



-Usted teme el castigo y pide por su vida. Lo dejaré libre y usted verá la diferencia entre un rey griego y un tirano bárbaro. No espere sufrir ningún daño de mí. Un rey no mata a los mensajeros.



-Los griegos no deben ser esclavos de los bárbaros.



-Lucharemos para Grecia y nuestros corazones permanecerán en ella.



-No me siento feliz por esta victoria. Estaría alegre, hermano, si la obtuviera estando parado al lado suyo, puesto que nos une la misma sangre, la misma lengua y deseos.



-Sus antepasados vinieron a Macedonia y al resto de Grecia y nos hicieron gran daño, aunque no le habíamos agredido. Me han designado líder de los griegos, y el deseo de castigar a los persas lo he tomado de usted.



-No has hecho bien en publicar tus libros de doctrina oral; pues, ¿en qué aventajamos a otros ahora, si las cosas en las que hemos sido particularmente instruidos se revelan a todos?



-¿Será posible, amigos, que mi padre se anticipe a tomarlo todo y no nos deje a nosotros nada brillante y glorioso en que podamos acreditarnos?














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