martes, 30 de mayo de 2023

SÉNECA Y LOS GLADIADORES, UNA VISIÓN ESTOICA DE LA MUERTE EN LA ARENA

“El combate gladiatorio enseña a no temer a la muerte, pues muestra a los gladiadores, que no la temen, lo cual es fortalecedor y relajante. “

 

( Lucio Anneo Séneca )

 

Ciertamente Séneca como estoico entendía la idea de aceptar la muerte como parte natural de la vida y no temerla, pues esta cita que menciono la escribió en su conocida “Epístolas morales a Lucilio”. Pero tampoco tenemos que olvidar que la época del Imperio Romano era una época constantemente marcada por la convulsión y violenta, donde la muerte era una realidad cotidiana, y todo tipo de guerras frecuentes y devastadoras estaban a la orden del día, que cuando se terminaba una guerra, ya pronto empezaba abruptamente otra en cualquier otro rincón del imperio.

 El espectáculo de la sangre, en el anfiteatro, reflejaba una realidad en la vida cotidiana de los ciudadanos romanos. Algunos gladiadores eran hombres libres que aceptaban participar en los combates, a pesar del riesgo para sus propias vidas, tanto para ganar grandes sumas de dinero, como por el placer que les proporcionaba esta actividad tan arriesgada, sangrienta, e incluso letal. Pero la inmensa mayoría de los gladiadores provenían de la esclavitud, obligados a ejercer de gladiadores y arriesgar sus miserables vidas de muy poco valor para el entretenimiento y diversión de otros seres humanos.

 

Y claro que en una sociedad como la romana, donde la esclavitud estaba muy arraigada, las personas endeudadas o que eran esclavos, para ser gladiadores  podían llegar a vivir en un ludus donde se les alimentaba bien, se les entrenaba bien con lo que incluso se sentían como dioses ( o al menos en la arena, donde experimentaban la mortal emoción del combate), y podían tener ciertas comodidades y privilegios como yacer con otra hermosa esclava que estaba destinada para sus placeres sexuales, según disponía su amo el lanista como una forma de recompensarle y animarle a mejorar como gladiador, siempre predispuesto a correr el riesgo de salir malherido o morir en combate, sin ningún miedo, pese a los sufrimientos atroces que podía conllevar.

 De modo que muchos esclavos comprados y criados por los lanistas aceptaban gustosamente su destino de gladiadores como carne de entretenimiento de la plebe en ese deporte cruel de sangre, violencia, y muerte, si se comparaban con las miserables vidas de otros esclavos, aunque finalmente eran muy pocos los esclavos gladiadores que sobrevivían, aparte de que en muchos casos de todos modos el destino del esclavo ya caduco y envejecido era también la muerte anticipada para evitar ser una carga para el amo.



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