jueves, 11 de mayo de 2023

LIBITINA: LA DIOSA ROMANA DE LA MUERTE Y LOS RITUALES FUNERARIOS

 

En la fascinante mitología romana, hay una diosa llamada Libitina que es conocida por ser la gobernante del mundo de los muertos y protectora de los rituales funerarios. Su nombre se ha utilizado durante mucho tiempo como sinónimo de la misma muerte, y es interesante descubrir cómo esta deidad fue asociada con otros aspectos divinos.

 

Libitina tenía su santuario en un místico bosque sagrado, posiblemente ubicado al sur de Roma, en el Monte Aventino. En este lugar sagrado se congregaban los empresarios de pompas fúnebres, conocidos como libitinarii, quienes desempeñaban un papel crucial en los rituales y preparativos para los funerales. La diosa Libitina velaba por el cumplimiento adecuado de estas obligaciones con los muertos.

 

El nombre de esta diosa se ha usado como sinónimo de la muerte. Fue comparada posteriormente con la diosa Proserpina. Su nombre era sinónimo de muerte (véase Horacio, Odas, III, 30).

 

Resulta curioso cómo, a través de una conexión lingüística engañosa y su asociación con el concepto de la pasión representada por la diosa Libido, esta antigua deidad fue equiparada a Venus, la diosa del amor y la belleza. Así, su nombre pasó a ser simplemente un epíteto de Venus. A pesar de esta relación simbólica, Libitina carece de una leyenda o historia propia que la acompaña.

 

Se cuenta que fue Servio Tulio, un antiguo rey de Roma, quien erigió los primeros templos en honor a Libitina. Este monarca también se encargó de establecer tumbas y garantizar el equipamiento necesario para llevar a cabo los funerales, incluyendo a los enterradores.

 

En el majestuoso Coliseo romano, se encontró la Porta libitinaria, una puerta dedicada a Libitina. A través de esta puerta, se sacaban los cuerpos de los gladiadores caídos en combate y los animales muertos durante los espectáculos, como parte del sombrío y teatral proceso de despedida.

 

Así, Libitina se convierte en una figura intrigante dentro de la mitología romana, ya que personifica tanto la oscuridad de la muerte como la importancia de los rituales funerarios en la antigua sociedad romana.

Su conexión con Venus y su presencia en el Coliseo añaden un elemento aún más fascinante a su historia, recordándonos que incluso en el mundo de los dioses, la vida y la muerte están intrínsecamente entrelazadas.



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