domingo, 17 de junio de 2018

MANÍAS DEL EMPERADOR TIBERIO



 

Tenia tanto menos celo por los dioses y la religión, cuanto que se había entregado a la astrología y había llegado a la persuasión de que todo lo dirigía el Destino. Sin embargo, temía extraordinariamente a los truenos, y cuando había tempestad, llevaba en la cabeza una corona de laurel, por tener tales hojas la virtud de alejar el rayo.

( Suetonio en "Los doce Césares")




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